El presidente Andrés Manuel López Obrador cerró su primer discurso público frente a Donald Trump con una arenga nacionalista, como ningún presidente lo había hecho en la Casa Blanca.

“¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”, exclamó en el Jardín de las Rosas. Arenga que resonó en la Residencia Oficial del mandatario estadunidense. En la calles cercanas, una fiesta mexicana que no esperó al 16 de septiembre.

La primera gira de trabajo de López Obrador por Estados Unidos fue una secuencia de símbolos que inició con la colocación de ofrendas florales en el memorial a Abraham Lincoln y la estatua de Benito Juárez en Washington.

Y quedó consolidada con la corbata color verde con estampados del águila juarista, que portó durante el primer encuentro con su homólogo estadunidense. 

Durante su primer discurso, el presidente mexicano se dio tiempo para referirse también a los héroes nacionales de la unión americana: a Abraham Lincoln por nunca reconocer a Maximiliano como emperador de México y a Franklin Delano Roosevelt por su actitud frente a la expropiación petrolera.  

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