México tiene un equipo que está lejos del funcionamiento que presumiblemente se debe de tener para encarar un Mundial.

Estamos justamente a 100 días del arranque de la Copa del Mundo Qatar 2022, la cual encierra una serie de dudas en todos los sentidos.

Primero, entendiendo que se han cumplido con las exigencias de FIFA por parte del país anfitrión al tener escenarios de primer nivel, pero con una cultura compleja, tomando en cuenta lo que representa ser anfitrión en una Copa del Mundo y contando con la asistencia de turismo por parte de todos los países, incluso aquellos no clasificados, pero finalmente aficionados al futbol y con el interés de estar en la justa magna.

Se tiene que entender como inconvenientes para el entorno de los partidos y sus festejos en distintos sectores y con diferentes representaciones, muchas veces acompañadas de bebidas alcohólicas, que a lo mejor siguen cumpliendo un rol importante en el júbilo, pero que estará ajeno en este Mundial de Qatar 2022.

Tuve la oportunidad, no en una ocasión igual y con la importancia de un evento como un Mundial, de jugar en la Copa del Rey Fahd y darme cuenta de todas esas dificultadas que encierran esas culturas diferentes.

Ya entrando en el ámbito deportivo, nos centramos en el interés y toda esa interrogación que se abre respecto a la Selección Mexicana. Ese interés se sigue conservando, y prueba de ello son las miles de reservaciones de gente que irá a la Copa del Mundo con la esperanza de ver a México conseguir, en lo mínimo, el tan famoso y soñado quinto partido.

Pero apegados a la realidad, y con el funcionamiento que se ha dado desde la designación de ‘Tata’ Martino como director técnico de México, han venido de menos a más.

Arrancó bien, con un primer periodo muy exitoso, pero después las cosas han venido en caída, aunque se hayan clasificado en el área de Concacaf por encima de Estados Unidos. En lo futbolístico, somos conscientes y sabemos que la Selección Mexicana ha estado muy por debajo del nivel que conocemos de cada uno de los integrantes de las convocatorias de Gerardo Martino, y naturalmente del comportamiento grupal, del que se tiene que respaldar la ilusión de cumplir con una buena Copa del Mundo.

No contamos con figuras sobresalientes como para pensar que alguno se echará el equipo al hombro y que van a conseguir cosas extraordinarias. Más bien estamos respaldados por el esfuerzo colectivo, el manejo del técnico y los resultados, que en muchos de los casos y como ha venido sucediendo en este antecedente al Mundial, México no solía llegar bien, sin embargo, daba la cara.

Para esta Copa del Mundo cumple con la misma interrogante, pero con un equipo que está lejos del funcionamiento que presumiblemente se debe de tener para encarar un Mundial. Individualmente, también está lejos porque no podemos dejar de reconocer que jugadores como Raúl Jiménez que era una esperanza para el ataque de México, tuvo una lesión que lo alejó del futbol y lo sacó de ritmo, al día de hoy no se ha podido recuperar y se antoja difícil que lo consiga antes de la justa.

Ya sea por lesión, baja de juego o incertidumbres con sus respectivos equipos en cuanto a tiempos de contrato, como le sucedió a Héctor Herrera con el Atlético de Madrid. Todo esto nos hace ver una situación interrogante de cara al Mundial de Qatar 2022.

¿Qué se espera a 100 días de Qatar 2022? Que suceda lo de ediciones anteriores, en donde México llegaba, no arrastrando la cobija, pero sí con resultados que no ilusionan.

Habrá que esperar y darle tiempo al tiempo, dejar pasar estos 100 días en donde la Selección Mexicana tendrá pocos partidos de preparación, pero con la ilusión de que se muestre una cara reconocida y respetada.

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