El renombrado director canadiense, Norman Jewison, cuya ilustre carrera abarcó varias décadas y fue reconocido por obras maestras como “In the Heat of the Night” y “Fiddler on the Roof”, falleció a la edad de 97 años, según confirmó su publicista.
Jewison, quien partió “en paz” el pasado sábado, dejó un legado cinematográfico extraordinario que abarcó más de 40 años. A lo largo de su carrera, acumuló múltiples nominaciones al Oscar, incluyendo tres como mejor director y cuatro como productor en las categorías de mejor película por obras memorables como “The Russians Are Coming the Russians Are Coming” (1966), “Fiddler on the Roof” (1971), “A Soldier’s Story” (1984) y “Moonstruck” (1987). En 1999, fue honrado con el prestigioso premio Irving G. Thalberg Memorial por su destacada contribución al séptimo arte.
Jewison, cuyo debut en el mundo del espectáculo ocurrió a la temprana edad de cinco años, forjó su camino en la industria después de servir en la Marina Real Canadiense y obtener su título del Victoria College en Toronto. Sus primeros trabajos en la dirección incluyeron series de televisión en la década de 1950, antes de su debut en el cine con la comedia “40 Pounds of Trouble” en 1962.
A lo largo de su carrera, Jewison demostró su versatilidad como director, abordando temas diversos que van desde dramas familiares hasta óperas rock. Su capacidad para contar historias que resonaran con el público se reflejó en obras como “In The Heat of the Night”, que ganó cinco premios Oscar, y en su dirección de clásicos como “The Cincinnati Kid” y “Thomas Crown Affair”.
El legado de Jewison también se extiende a través de las décadas de 1970, 1980 y principios de los 2000, con obras como “Fiddler on the Roof”, “Jesus Christ Superstar”, “A Soldier’s Story”, “Moonstruck” y “The Statement”. Su última incursión como director fue en 2003 con el thriller “The Statement”, protagonizado por Michael Caine y Tilda Swinton.
Norman Jewison deja un vacío significativo en la industria cinematográfica, pero su influencia perdurará a través de sus obras atemporales. Le sobreviven su esposa Lynne St. David, tres hijos y cinco nietos. Su contribución al arte del cine seguirá siendo recordada como un capítulo fundamental en la historia del séptimo arte.